¿Quiere solicitar la licencia de terrazas para su nuevo negocio de restauración, o necesita renovar la que ya tiene? Cuidado porque basta un solo detalle para ser sancionado hasta con 3.000.-€.

La adquisición de una licencia de terraza, anual, de temporada, o extraordinaria, –independiente de la licencia administrativa del establecimiento-, o en su caso, la renovación de una ya existente, requiere de la solicitud facilitada por cualquiera de las Oficinas de Atención al Ciudadano del Ayuntamiento de Barcelona, de la obtención de una póliza de seguros de negocio que incluya la terraza, y del pago de la tasa correspondiente. Asimismo, el propietario del negocio que la solicite no podrá verse inmerso en ningún procedimiento administrativo sancionador, ni deber tributos al Ayuntamiento de la ciudad. Una vez obtenida la concesión, ésta deberá exponerse visiblemente en la entrada del establecimiento.

El año pasado entró en vigor la Ordenanza Municipal de Terrazas de la ciudad de Barcelona, aprobada por el Decreto de Alcaldía de 26 de febrero de 2015, cuya principal novedad respecto de la anterior normativa, además de agilizar los trámites administrativos que tantos impedimentos suponían, es la homogenización de los puntos ya consolidados en diferentes normas, como la delimitación del espacio, la prohibición de publicidad, o la necesidad de que todos los elementos que integren la terraza sean movibles y desmontables.

Se delimitan, por ejemplo, las distancias mínimas que tienen que quedar libres en la acera y paso de transeúntes, con un espacio libre de paso de al menos un 50% de anchura total entre la fachada del edificio y la terraza correspondiente.

Se fijan dos módulos de mobiliario: el básico, que se compone de una mesa y cuatro sillas, y el reducido por falta de espacio; con sólo dos sillas. No se permite mobiliario auxiliar, salvo ordenación especial. Pero sobretodo, como se ha apuntado, todo tiene que ser desmontables porque debe poderse retirar al finalizar la jornada y almacenarse en el interior del local.

En cuanto a los horarios, la ordenanza mantiene el criterio de unificar un solo horario para toda la ciudad, sin perjuicio que la zona tenga más o menos interés turístico. De manera que de domingo a jueves se puede hacer uso de ella entre las 08.00h y las 24.00h de la noche, y los viernes, sábados, y vigilas de festivos, de 08.00h a 01.00h. Defiende el Ayuntamiento que es prioritario a cualquier actividad económica el respeto al descanso diario de los vecinos del barrio.

A grosso modo para adaptarse a la nueva normativa municipal, tiene que tener en cuenta los siguientes estándares: retirar cualquier tipo de adosados en las fachadas como jardineras o macetas, retirar carteles publicitarios, retirar el mobiliario auxiliar, reservar únicamente una pizarra dentro del perímetro de la terraza, retirar estructuras fijas al suelo, retirar aparatos acústicos, audiovisuales o de megafonía, así como iluminaciones o efectos de intermitencia, evitar actuaciones en vivo, y no tener fuera un número de mesas superior a las habidas en el interior del local.

No obstante, lo que más afecta al propietario de un establecimiento de restauración es el precio que deberá pagar por esa terraza, tras haber satisfecho ya las obras necesarias para su adaptación a la normativa vigente. Pues en este sentido, si la terraza está situada en un espacio de titularidad privada y uso público, la tasa responde a un importe fijo por valor de 220,00.-€; pero si de lo contrario se trata de una terraza en espacio público, la tasa por utilización privativa del dominio público municipal se determinará en función de la superficie a ocupar, el tiempo de concesión de la licencia y aquí sí, el tipo de vía o zona.

Pese a que las condiciones relativas a las distancias son aplicables, como se ha dicho, desde el pasado mes de enero de 2015, según cuáles sean las modificaciones a hacer en nuestra terraza se tiene un margen progresivo hasta el 1 de enero de 2017 -máxime hasta 2021 para ciertos establecimientos del Puerto de Barcelona y el Puerto Olímpico-. Sin embargo conviene afrontar los cambios a la mayor brevedad posible para sacarle el máximo partido a uno de los mayores atractivos de la cálida ciudad de Barcelona.

© Paula Roca Belmonte
Barcelona, 2016

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